El disenso respetuoso y la posibilidad de la escucha

El diálogo estuvo en el origen del lenguaje, que fue su vez el punto de partida de la humanización. El habla surgió, en los albores de lo que somos, de la necesidad de comunicarnos con alguien que tenemos cerca para hacerle saber qué sentimos (un olor que anuncia un peligro, ese extraño animal que vimos, algo que quien nos acompaña necesita conocer). En el principio fue la palabra, para decirlo en términos bíblicos. .

Hablar sin dialogar es posible, por supuesto, porque podemos utilizar el habla para ordenar, para humillar, para indicar un camino o para rezar en soledad, pero aún esas capacidades del habla centradas en el yo, implican un cierto grado de diálogo. Con otros, con alguna divinidad quienes crean en su existencia, o con nosotros mismos.

La carta de un amigo

En los últimos días del año alguien a quien apreciamos muchísimo, Enrique Tabak, un integrante destacado de la comunidad de origen latinoamericano de Toronto (desde y hacia donde tienen lugar estos Diálogos que no porque sí tienen como frase de cabecera «no te contamos lo que ya sabes; pensamos contigo») nos escribió para darnos a conocer sus discrepancias con el modo en que vemos y tratamos lo que ocurre en Gaza, y en particular por lo que había leído en dos de las notas publicada en nuestra edición anterior: Pensando en el futuro desde el planeta Gaza, del escritor y periodista español Rafael Poch y Dios como excusa; la indecencia y la cueldad como método, del profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago John Mearshemier.

Que Enrique nos enviara esa carta nos pareció una muestra de confianza, se lo agradecimos, y todo pudo haber quedado allí. Nuestro amigo expresaba una postura típica en este tipo de conflictos: «tu piensas de ese modo porque no entiendes la verdadera situación» pero lo hacía desde lo profundo de sus entimientos, desde la amistad, desde el compromiso, y con respeto.

Se traslucía en su e-mail que la distancia entre su perspectiva y lo que es la óptica generalizada acerca de eso que ha devenido en una de las matanzas más crueles que haya presenciado la humanidad en lo que va del siglo es tan grande, que valía tenerla en cuenta como elemento de reflexión.

No para dialogar con miras a un acuerdo, porque en la evaluación de lo que está sucediendo se hace muy difícil llegar a acuerdo alguno, sino para conocernos más. Para rastrear en qué podríamos parecernos o qué diferentes somos. Para reconocer que aún en el marco de esas enormes y podría pensarse que insalvables diferencias, ocupamos una zona de utopías y esperanzas que nos ha sido y nos es común.

La escucha es el primer paso para la cura y eso es exactamente lo que necesitaremos quienes, aún sin sufrirla en nuestra carne, hemos sido atravesados por esta desgracia.

Acordamos entonces con nuestro amigo publicar su carta, dejando en claro, como lo hemos hecho antes, nuestro horror. Y nuestra radical discrepancia.

Está lejos de nuestra visión del mundo cualquier tipo de religiosidad, pero vale siempre y aún más en esta ocasión aquello de «Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen».

 

Toronto, 27 de diciembre de 2023

Horacio,

Te hablaré primero de Ma. Con él somos amigos desde que tenemos 16 años. Yo estoy desde hace medio siglo en Toronto y él ha estado la misma cantidad de años en el kibutz Or Haner muy cerca de Gaza.

Su casa fue destruida por cohetes de Hamas. Él, toda su familia y otras 100,000 personas han sido evacuados de esa zona. Hace apenas 3 dias hablando con él, me dijo: «Enrique ¿que puedo hacer ahora?, si no disminuye la capacidad militar de Hamas, será simplemente imposible vivir en el sur de Israel o en algún otro rincón de este pequeño pais».

Nuestra amiga Di, del Kibutz Hazterim, también muy cerca de Gaza, está, como Ma, refugiada en el norte de Israel. Perdio su casa y todo lo que tenia. Mi amigo Mo y su esposa Do en Ashkelon, pasan todas las horas del dia en el refugio, con miedo de los ataques terroristas de Hamas.

Do me dice «ya hace 16 años que Hamas gobierna en Gaza y todo el dinero que reciben de Qatar e Iran lo han utilizado en la red de 400 kilómetros de túneles con equipos electrónicos sofisticados. Muy poco de esos fondos ha sido destinado para ayudar a los dos millones de pobres gazaatíes.

Por eso querido Horacio, Tzahal, la IDF, las Fuerzas Armadas de Israel, están en camapña para de tratar de encontrar los 129 rehenes y tratar de reducir el poderío militar de estos insensatos que tienen engañados a los palestinos.

Lo unico que les importa es presentarse como mártires de Ala. Discúlpame, pero les importa tres carajos lo que pasa con el pueblo palestino.

Por eso, cuando en tu publicación Mearsheimer pregunta ¿dónde está la decencia de Israel? o cuando Poch deja en evidencia una linea similar de pensamiento, simplemente no están viendo lo que es evidente para todo habitante de Israel y también para mi: que si no se elimina el poder militar de los terroristas de Hamás no habrá vida posible en Israel.

Mira Horacio, desde 1967 trabajé por la soberania palestina y contra la ocupacion. Soy miembro de Peace Now y de otras organizaciones ya hace muchisimos años, y lo son también varios de los amigos de los que te hable en esta carta y otros que no he mencionado. Y lo mismo se podría decir de varios de los rehenes que en este mismo instantee están secuestrados en los en tuneles.

Por eso, en este momento, no puede haber cese dle fuego. Es necesario tratar de encontrar los 129 rehenes, y ver si se puede detener esa maquinaria de Hamas.

Yo he luchado y quiero, al igual que todos estos amigos con los que estoy en contacto permanente, que los palestinos tengan su propio Estado viviendo en paz con el vecino israelí, pero en este momento lamentablemente la politica de derecha de Israel nos metió en este quilombo. Muchos pueblos se equivocan con sus líderes, como los argentinos que votaron al payaso Milei, o los yanquis que votaron o podrían volver a votar a Trump, etc.

Otros amigos como Le., que vivió 50 años en Tel Aviv, y tiene a sus hijas en el ejército, o Mar. o Pe., que viven cerca de Beersheba y sienten la ansiedad de no tener noticias de sus hijos, que están en Gaza, batallaron toda la vida contra la ocupación, como Beatriz y como yo mismo.

Pero si no encontraron los tuneles todavía escondidos, estamos todos nosotros jodidos. Entendés? Entendés porqué perdi la paciencia con las afirmaciones sin fundamento de gente como Mearsheimer, Poch, Naomi Klein, etc?

Un saludo afectuoso de Enrique

 

 

 

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