México y su referendum en la encrucijada geopolítica norte-sur: ¿amor con amor se paga?

Mientras en Francia la ultraderecha de Le Pen obtenía su mejor votación hasta el presente frente a un Emmanuel Macron que ha eviscerado la política francesa en el altar del atlantismo y de la OTAN, y mientras en Ucrania el presidente-actor solicitaba más apoyos internacionales para continuar una semana más una guerra devastadora y sin sentido, en México AMLO pudo decir una vez más “amor con amor se paga”. .

 

Con una asistencia a las urnas del 17%, casi 20 puntos menor a la esperada, y con un 91% de apoyos, muy superior a lo que predecían los sondeos, Manuel López Obrador ha sorteado con éxito la Consulta por la Revocación de su propio mandato, una apuesta menos arriesgada de lo que pudo parecer en algún momento, pero que demostró mucha más creatividad que la que ha caracterizado a nuestras elites políticas en lo que va del siglo.

La pregunta que debieron responder quienes concurrieron a las urnas fue: ¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?

Los resultados, según los datos preliminares aportados por el INE (Instituto Nacional Electoral), cuando el 97,95 % de las actas estaban computadas, eran los siguientes:

    • A favor de la continuidad del mandato de AMLO: 91,87 %.
    • A favor de la revocación del mandato: 6,47 %.
    • Votos nulos: 1,65 %.

Los datos de participación se situaron en algo más de 17%, rondando los 17 millones de votantes, pero la consulta no resultó vinculante, ya que para ello se hubiera requerido una participación mayor al 40 % .

En busca de la legitimidad necesaria

Los referendums revocatorios, es decir los mecanismos de consulta popular que permiten que un presidente sea despojado de su mandato por no estar cumpliendo adecuadamente lo que de él se esperaba, son un mecanismo poco usual y, en el caso de México, fue el mismo López Obrador quien impulsó la reforma de la constitución que lo creó, en 2019.

Lor referendums revocatorios son recursos que, cuando existen, son utilizados por la oposición para tratar de acortar el mandato de un gobierno, pero éste no ha sido el caso, ya que fue el propio presidente mexicano el que se “autoimpuso” el riesgo de someterse a una votación que, de haberle sido adversa, hubiera determinado su definitivo alejamiento.

La decisión fue tomada a la luz de un triunfo electoral de Morena en las elecciones federales y legislativas celebradas en 2021 que no había llegado a cubrir todas la expectativas de la formación política de gobierno, que perdió así su mayoría parlamentaria. Y se explica, sobre todo, ante una serie de reformas que AMLO ha planteado en el terreno de la independencia energética, que lo enfrenta, en primer lugar, a sus dos socios continentales (los EEUU y Canadá), en segundo lugar a poderosísimas empresas de esos dos países y, en tercer lugar, a los dos principales partidos de oposición, el PRI y el PAN, que han sido en el pasado un instrumento de esos mismos grupos económicos y países que se verán afectados.

Ante ese panorama incierto y teniendo en cuenta que durante los últimos años tanto los EEUU como Canadá han dado apoyo y cobertura mediática a acciones de Lawfare en países de nuestro continente como Brasil o Argentina cuando estuvieron afectados sus intereses económicos o geo-estratégicos, no puede sorprender que AMLO haya apostado por una acción tendiente a reafirmar su mandato, y que le da, sin dudas, una nueva legitimidad a su programa.

¿Amor con amor se paga?

La reducción del número de locales en los cuales se podía emitir el sufragio (la tercera parte del habitual), sumado al hecho de que el Instituto Nacional Electoral, que había intentado cuestionar la legitimidad de la consulta, hubiera determinado para su realización una fecha en que muchas personas comienzan su período vacacional de Semana Santa, son seguramente algunas de las razones para la baja participación. Otras deberán buscarse en el poco atractivo de un referéndum del que se podía augurar el resultado sin demasiadas dificultades. Y, por supuesto, también hay que tener en cuenta la tendencia al abstencionismo que horada la calidad democrática en prácticamente todo el mundo.

De todas formas, y a pesar de ese bajo porcentaje de asistencia a las urnas, AMLO obtuvo una cifra de apoyos mayora la que le dio el resonante triunfo electoral de 2018, por lo cual pudo decir, tras la jornada electoral, que recibía ese apoyo como una muestra de amor de su pueblo y que “amor con amor se paga”.

Y es de desear (y para toda América Latina será imprescindible) que ese amor y esa confianza sean cuidadas con celo y en lo posible se vean reforzadas, ya que en estos últimos días, coincidiendo con la celebración del referendum, México ha dado un paso más en el trabajoso camino hacia la no-dependencia, esta vez en lo que tiene que ver con las relaciones internacionales.

La posición de México en contra de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (porque ese es precisamente el sentido de una abstención), lo coloca en una encrucijada geopolítica que le traerá seguramente nuevas presiones y muchos dolores de cabeza.

Los imperios son rencorosos y lo son especialmente con quienes consideran sus súbditos. Los desagradecidos habitantes de sus patios traseros que no se conforman con decir que sí a cualquier cosa que se les imponga, por arbitraria o contraproducente que sea.

Como hace notar Alejandro Frenkel en una reciente nota de la revista Nueva Sociedad, «Un aspecto central del orden liberal es su pretensión de universalidad, lo que implica que los estados no occidentales se vean persuadidos de unirse voluntariamente y abrir sus sistemas políticos y económicos sobre la base des normas, reglas y prácticas que les son determinadas.»

México, en la oportunidad, y a pesar de lamentar con justa razón el modo brutal en que se desarrolla la guerra en Ucrania, se abstuvo y no votó a favor de lo impulsado por los EEUU y sus socios de la OTAN, junto a 24 países tan diferentes como Brasil, la India, Sudáfrica, China, Nigeria, Indonesia o Singapur, países que, en su conjunto y a pesar de su diversidad, representan a más del 60% de la población mundial. Lo que no es poco.

Fue una demostración de independencia íntimamente vinculada a la esencia y los intereses de lo que se ha definido desde hace años como Sur Global.

El mundo está al borde del precipicio nuclear cuando aún no nos hemos liberado de la pandemia y cuando aún no hemos tomado las medidas necesarias para revertir la crisis climática, y como nos explica David McNair en la nota de esta misma edición Russia’s invasion of Ukraine could trigger catastrophe in Africa, esos tres factores reunidos afectarán directamente la vida de cientos de millones de personas en las regiones más empobrecidas del planeta.

Por esa razón, cada demostración de rechazo a la escalada miltar y a la continuación artificial e indefinida del conflicto, cada manifestación que no atice el fuego y no se deje seducir por los tambores de la guerra, nos alejará algunos centímetros de la catástrofe.

Así las cosas, conocidos los resultados de la votación en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha quedado en entredicho la estructura misma de gobernanza mundial, y eso nos colocará a todos frente a nuevos retos para los que hoy no hay respuestas.

A eso nos referiremos en una próxima nota, pero valía tenerlo en cuenta a la hora de evaluar un referendum revocatorio en el que la figura del Presidente de México ha reafirmado su legitimidad. El multilateralismo, por extraño que parezca, comienza por casa.

HORACIO TEJERA
HORACIO TEJERA
Comunicador, activista por los derechos humanos,y el desarrollo sostenible, y diseñador gráfico - Editor de Diálogos.online