Diálogos en 2022, la «Brand Canada», y las realidades complejas que el país enfrenta.

En Canadá, con frecuencia, algunas realidades complejas son dejadas de lado cuando no coinciden con la idea que el país promueve de sí mismo o se las presenta en la prensa con un grado de liviandad que no permite comprenderlas adecuadamente. .

 

Eso lleva a que buena parte de la opinión pública asuma que por fuera de la información que recibe no hay nada.

Timothy Grayson, una de las cabezas de la Canada Post Corp., en una nota de 2001 para Policy Options titulada «Brand Canada or branded Canadians» advertía:

«The notion of a “Brand Canada” to enhance Canada’s international presence and economic interests has been making the rounds recently. While not a new idea, it has gained currency in the globalizing “new” economy. Nations have marketed themselves for a long time, but branding is quite a different matter, not to be undertaken lightly or haphazardly. (…)

Creating an image that is not reinforced by action, both deliberate and otherwise, will not work. Without continual, consistent behaviour to support a managed brand image, the market will become confused and disbelief (“cognitive dissonance”) will set in. Confusing incongruities give the brand an air of fraud and render it impotent.»

Algo de eso se nos hizo evidente durante 2021, cuando tanto la sociedad canadiense -que había aceptado sus mitos fundacionales de un modo totalmente acrítico-, como el mundo -que nos vio quizas por primera vez a través de un prisma realmente oscuro y estremecedor-, se dieron de bruces con las tumbas sin nombre de miles de niños indígenas maltratados e incluso utilizados como objetos de experimentación médica en las Residential Schools durante más de 8 décadas.

La repetición constante de que la realidad coincide con lo que la «brand» simula y promueve, puede engañar a algunos todo el tiempo, a todos durante algún tiempo, pero iniciada la tercera década del nuevo siglo y ya en curso la crisis post-pandemia, la ilusión da señales de agotamiento cada día más evidentes.

El precio de las viviendas y la incapacidad del sistema para solucionar los mismos problemas que crea son apenas un ejemplo.

El grafico anterior muestra la evolución de los precios de las viviendas en 7 países de la OECD entre 2005 y 2020. Basta activarlo para calibrar la falta de acción del gobierno federal o los gobiernos provinciales o locales en un tema que afecta la vida de millones de personas, y que repercute en temas vitales para el país como la posibilidad de las parejas jóvenes de tener hijos, o el interés que puedan tener nuevos inmigrantes en afincarse en donde les será casi imposible acceder a una vivienda. Y es sumamente preocupante ver que incluso durante 2019 y 2020, dos años en los que el flujo inmigratorio se detuvo, la tendencia al alza ha continuado, lo que hace pensar que estamos frente a una de esas burbujas que crecen… mientras no estallan.

En Diálogos estamos comprometidos con un estilo de comunicación alejado de la repetición incondicional y la pobreza informativa. A lo largo de 2021 hemos comenzado a enriquecer nuestros enfoques con la colaboración de agencias, medios de prensa, figuras públicas, y periodistas de prestigio, y como parte de ese esfuerzo estamos potenciando nuestra capacidad para difundir más ampliamente nuestros contenidos, e introducir en el portal, semanalmente, gráficos, datos y opiniones que nos permitan abordar cada vez mejor una serie muy amplia de temas.

En esta, que será una de las últimas notas de 2021, queremos introducir, via Twitter, algunas de las realidades que seguramente nos ocuparán durante 2022. Como dice nuestro slogan «no te contamos lo que ya sabes. Pensamos contigo». Y sobre estas cuestiones estaremos pensando con ustedes el próximo año.

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