Desigualdades etno-culturales y socio-económicas en el acceso a espacios verdes en el Canadá urbano.

Vivir en una casa rodeada de árboles, jardines y vegetación natural (es decir, espacios verdes) puede conferir numerosos beneficios para la salud. Estudios en Canadá, los Estados Unidos y Europa han encontrado desde hace mucho tiempo asociaciones inversas entre los espacios verdes residenciales y todas las causas de muerte no accidental. En los Países Bajos y en Toronto, por ejemplo, la salud autopercibida de los residentes de una zona determinada aparece ligada a la densidad de árboles en sus calles. .

Traducción parcial de Ethnocultural and socioeconomic disparities in exposure to residential greenness within urban Canada de Lauren Pinault, Tanya Christidis, Olaniyan Toyib y Dan L. Crouse en Statistics Canada

 

La proximidad y el acceso a zonas verdes residenciales pueden influir en los resultados de salud de varias formas. Por ejemplo, los entornos más verdes pueden promover directamente mejoras en la salud psicológica al reducir el estrés, la angustia y la mala salud mental autopercibida. Además, el verde puede proporcionar una experiencia estética y también puede brindar una oportunidad para recibir mucha luz del día al fomentar la actividad al aire libre, lo que a su vez influye positivamente en los ritmos circadianos.

Sin embargo, este beneficio puede depender del tipo de espacio verde disponible, ya que un estudio en Montreal y la ciudad de Quebec señaló que los beneficios cardiovasculares de los espacios verdes se observaron solo si también había en ellos instalaciones deportivas y recreativas.

A pesar de los beneficios que aporta vivir en un entorno más eco amigable, estos entornos no están distribuidos uniformemente por el paisaje ciudadano. Varios estudios han resaltado las desigualdades en el área física, la densidad de la vegetación, la calidad y las características, y la accesibilidad de los espacios verdes residenciales.

Un estudio de las tres ciudades más grandes de Canadá encontró una asociación entre el ingreso familiar y la cobertura vegetal. En Inglaterra, se observó una mayor cubierta vegetal en las regiones mas favorecidas económicamente, y otro estudio señaló que el espacio verde utilizable era menos accesible para las personas de ascendencia India. En áreas urbanas de los Estados Unidos, los valores de verdor se asocian con concentraciones más altas de residentes blancos, mientras que los valores de verdor más bajos se asocian con concentraciones más altas de poblaciones de bajos ingresos, negras e hispanas.

La justicia ambiental es un campo de estudio amplio que se enfoca en describir situaciones que afectan de manera desigual a grupos socio-económicos y etno-culturales específicos. Las desigualdades en el acceso a espacios verdese no han sido bien documentadas en Canadá, pero un estudio en Montreal encontró resultados similares a los de estudios internacionales, ya que las cuadras de ciudades con proporciones más altas de residentes de bajos ingresos y/o poblaciones designadas como minorías visibles, tenían valores de cubierta vegetal y acceso a los espacios verdes más bajos. El estudio abarcó a todos los encuestados del Censo de Canadá de 2001, y detectó que los adultos más ricos y con más educación que vivían en las 30 áreas metropolitanas censales más grandes del país tenían una mayor exposición a los espacios verdes residenciales que aquellos que eran menos ricos y menos educados.

Existe un nuevo estudio, más reciente y completo que tomó como referencia el estudio anterior pero utilizó los datos del censo de 2016 y abarcó los 30 centros poblados más grandes de todo el país. El estudio abarcó encuestados de todas las edades, y consideró las diferencias en la exposición a los espacios verdes de acuerdo no solo con la edad, la educación y los ingresos, sino también con el status inmigratorio, el tiempo desde la inmigración, y los índices de etnicidad autopercibida y pobreza del vecindario.

El 31% de los 5.3 millones de encuestados eran inmigrantes, el 34% se autoidentificaron como indígenas o minorías visibles, el 31% habitaban viviendas de alquiler el 15% pertenecía a los sectores de menores ingresos.

Los resultados pueden llegar a ser sorprendentes, pero por razones de espacio los analizaremos en nuestra próxima edición.

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