Si bien en un proceso eleccionario nada está dicho hasta que se conoce el resultado final y las encuestas son apenas indicadores para tomar con pinzas, algo salta a los ojos: la diferencia entre lo que anuncian los sondeos y el resultado de octubre de 2019 es apenas perceptible. Tras dos largos años de pandemia, parece que muy poco hubiera cambiado… pero ¿será así? .
Volvamos a un gráfico que hemos analizado hace pocas semanas, pero actualizándolo al día de cierre de esta edición de Diálogos y sin dejar de tener en cuenta que casi todas las diferencias que analizaremos son de no más de 4 puntos y por lo tanto entran en el margen de error de las muestras.
Pérdidas compartidas y debilitamiento de un sistema
De acuerdo a lo que muestran hasta ahora los sondeos de opinión, las ganancias o pérdidas en intención de votos que hubo a lo largo de estos dos años, dejan al partido Conservador y al Partido Liberal en una situación casi idéntica a la de inicio. El único cambio que se percibe es un posible descenso de 3 puntos del primero (34.4% a 31.3%) y de poco más de 1 punto del segundo (33.1% al 31.9%). Pequeños cambios, pero como veremos enseguida, suficientemente significativos.
Por otra parte el Partido Liberal y el Partido Conservador conforman un sistema, ya que son los dos únicos partidos de la historia de Canadá que han alcanzado mayorías que les permitan gobernar y se han alternado siempre en el poder. Si los datos de los sondeos se confirmaran, ninguno de los elementos del sistema estaría por encima del 33% de los apoyos. Eso, algo que sucede por primera vez, podría estar evidenciando no sólo dificultades de ambos partidos para contentar al electorado, sino un debilitamiento del propio sistema.
Otro partido que podría haber sufrido pérdidas en el período analizado es el Partido Verde. En este caso también se trata de un cambio mínimo, de quizás tres puntos (6.5% al 3,3%), pequeño en términos absolutos pero enorme en términos porcentuales porque implican una pérdida de más del 50% de los apoyos obtenidos dos años atrás. Esta pérdida es aún más relevante dado que la crisis ambiental -el tema central de partidos como el Verde-, podrían haber determinado un crecimiento de su caudal electoral.
El Bloc Quebecois, finalmente, es el cuarto partido cuya intención de voto parece haber disminuído, aunque sólo en un 1%, (7.7% a 6.6%), por lo que no nos detendremos en él.
Paradojas a la derecha y a la izquierda del sistema
Sólo dos partidos, de acuerdo a los sondeos, verían incrementado su caudal electoral. Se trata de dos partidos con trayectorias, filosofías y electorados radicalmente diferentes, pero a su modo y -como veremos- paradójicamente, también conforman un sistema.
El NDP, a la izquierda del Partido Liberal, estaría cerca del 20% de las preferencias. Ha pasado del 15.9% registrado en las elecciones de 2019 al 19.5% que le adjudican los sondeos hoy y -vale notarlo-, estaría recuperando de este modo su votación de 2015, 19.7%
Por su parte, el People’s Party of Canada, formado hace apenas tres años como un desprendimiento del Partido Conservador, con un posicionamiento ideológico y programático que lo acerca a las ultraderechas que hoy preocupan tanto en EEUU como en Europa y América Latina, y hasta ahora sin representación palamentaria, tendría un apoyo del 6.4%, 5 puntos por encima del meramente testimonial (1.6%) que recibió en 2019.
Paradójicamente, como veremos enseguida, la existencia del PPC y el hecho de que sus votantes no estén dispuestos a votar «estratégicemente», está contribuyendo a que los votantes del NDP puedan re-afirmar el voto a su propio partido.
Errores de cálculo e ingenuidad inesperada
Será interesante ver, una vez que se conozcan los resultados finales, cuáles han sido los movimientos del electorado y las razones por las cuales se han producido, pero podemos, mientras tanto, esbozar algunas conclusiones provisorias.
A la derecha del espectro político, el Partido Conservador intentó crecer apelando al electorado ubicado en el centro. Para ello fue camuflando su discurso y algunas de sus propuestas para hacerlas digeribles a un público no muy diferente al votante tradicional del Partido Liberal. Pese a que los gráficos muestran que pudo haber recogido algunos apoyos en esa franja del espectro (casi con seguridad no más de un 2%), en las últimas semana está sufriendo una pérdida mucho mayor de votos (5%) que migran hacia la derecha extrema.
Pero además, y esto es importante, los conservadores que han optado por votar al PPC parecen no ser permeables a los llamados a “votar estratégicamente” por lo que podrían estar contribuyendo a que el PC no alcance a ubicarse en un primer lugar.
En el centro del espectro político (Partido Verde y Partido Liberal) es donde las párdidas/ganancias podrían ser menores pero allí se están visualizando los cambios más importante en las conductas del electorado.
Los verdes, en el momento histórico en que sus propuestas podrían ser mejor recibidas por el electorado, se han ubicado al borde de la exclusión parlamentaria y el NDP parece ser el claro beneficiado por ese movimiento que es, básicamente, un retorno de votantes a la franja centro-izquierda de la que habían salido.
El Partido Liberal por su parte, podría estar perdiendo apenas 1 punto respecto a 2019, o, si mantuviera la leve tendencia al alza de los últimos días, podría igualar o aún sobrepasar levemente aquellos resultados, pero en este caso no es el porcentaje de pérdida o ganancia lo que más importa, sino la ingenuidad que ha quedado al desnudo a medida que se conocen los sondeos de opinión.
Lo que importa, en este caso, es la brecha que al parecer existe entre las expectativas y los resultados. La única razón por la cual el Partido liberal convocó a elecciones anticiapadas fue la seguridad de que estaba en condiciones de obtener una mayoría parlamentaria propia (que podría alcanzar con resultados superiores al 35%) y todo indica que ese fue cálculo equivocado. Pero además, y quizás aquí radica el fracaso mayor, el argumento esgrimido fue que sólo podría llevar a cabo su programa gobernando en mayoría, pero si los sondeos se confirmaran una parte importante del público de centro-izquierda, que podría coincidir parcialmente con lo que el programa del Partido Liberal propone, ha decidido no creer lo que se le dice y no aceptar el chantaje emocional de “sólo votándonos a nosotros puedes detener a los conservadores”.
Haber forzado unas elecciones que sólo el partido gobierno deseaba, haberlas realizado antes de que la pamdemia pudiera darse por concluída, a un costo de más de 600.000.000 de dólares, con un programa en que se repetieron propuestas hechas con anterioridad y que no se han cumplido, ya era problemático. Pero si todo ese esfuerzo inncesario tuviera como resultado el debilitamiento del partido de gobierno y la entrada de la ultradercha xenófoba y racista al Parlamento, el Primer Minstro que confió más en su atractivo personal que en la política podría estar en un verdadero callejón sin salida.
La paradoja, el sinceramiento y las sorpresas – Manual para dummies
Como veíamos antes, la resistencia de los votantes del PPC a votar «estratégicamente», debilita al Partido Conservador, lo hace descender algunos puntos en las preferencias del electorado, y de ese modo, sin que ese sea el efecto deseado, le quita presión a los votantes del NDP que en situaciones de peligro transfieren sus votos hacia el Partido Liberal, por lo cual también éste se ve afectado e impedido de mejorar su desempeño.
Es factible que los resultados finales se parezcan al escenario que hemos descrito hasta aquí, pero hay que tener en cuenta que llegando al 35%, el Partido Liberal podría rozar la mayoría absoluta de 170 asientos en el Parlamento. Podría haber ¿por qué no? una última vuelta de tuerca en todo este agotador proceso. Podría suceder que los últimos sucesos de Alberta relacionados con la pandemia que tan mal parado han dejado a Erin O’Toole le den a Justin Trudeau el empuje final que necesita. Podría suceder también que la no entrada de Canadá al acuerdo EEUU-UK-Australia y los anuncios del lider conservador al respecto, haga que algunos votantes que se le han escapado hacia el PPC regresen al hogar. En dos días pueden suceder muchas cosas…
De todas formas, por el momento, la conjunción de factores que está impidiendo que el Partido Conservador y el Partido Liberal superen los valores en los que se han cuasi-estancado, continúa operando.
Si esta situación se extendiera hasta el 20 de septiembre, estaríamos frente a un “sinceramiento” no buscado de la política canadiense, que a la larga supondrá una ampliación de la gama de opciones posibles y la modernización del sistema de partidos, ya que se pondrá en evidencia que la política consiste en algo más -y algo mejor- que esa enfermiza adicción por los gobiernos mayoritarios, que demoniza los acuerdos y termina erosionando las aristas más ricas de la vida democrática.
Y quizás sea, además, el principio del fin de un sistema electoral cuyo único objetivo ha sido, precisamente, habilitar mayorías artificiales forzando a los votantes a respaldar propuestas con las que no necesariamente coinciden. Porque se habrá demostrado que ya ni para eso sirve.
If Trudeau wanted to stop vote splitting, he'd simply support Proportional Representation. Remember that when a Liberal comes asking for your strategic vote. #cdnpoli #Elxn44 pic.twitter.com/N7aoFS03uI
— Equal Power ⚡️ (@EqualPowerCAN) September 17, 2021