Si se mira con atención el gráfico, se podrá ver uno de los grandes desafíos que tienen por delante el PM Justin Trudeau y Christa Freeland, su ministra de Finanzas: ¿Qué justificó que Canadá haya realizado compras anticipadas que multiplican por 10 a su población, duplican las compras realizadas por el Reino Unido o Australia, y son más de tres veces superiores a las previstas por la Unión Europea? . ¿Cuál ha sido el criterio utilizado para la compra de vacunas contra la Covid-19? .
Es perfectamente comprensible que ante la pandemia y las dificultades de todo tipo que se han presentado debido a ella, se deje de lado la obesión conservadora por el equilibrio fiscal y se invierta lo que sea necesario para evitar sufrimientos y males innecesarios, con especial atención hacia los sectores más vulnerables. Ese ha sido el criterio que el Partido Liberal y las otras dos fuerzas que lo han apoyado en esa línea (Green Party y NDP) han tratado de mantener durante todos estos meses y cuentan con un respaldo cercano al 70% en las encuestas de opinión.
En ese sentido, el enfoque de Freeland parece haber sido más abierto y socialmente responsable que el de su antecesor, Bill Morneau, o el que anticipa el Partido Conservador, cuya idea acerca del gasto público es siempre pre-keinesiana.
Sin embargo, así como en el mes de julio surgió la duda más que razonable acerca de cuáles eran los criterios que habían primado a la hora de decidir que We Charity era la mejor opción para administrar novecientos millones de dólares que se destinarían a apoyar a los jóvenes durante la pandemia, hoy se comienzan a escuchar voces que se preguntan si Canadá estuvo tomando las decisiones correctas en lo que tiene que ver con la compra de un stock de vacunas tan (aparentemente al menos) desproporcionado.
Las dudas razonables
Vale, por el momento, resumir algunas de las dudas que han surgido hasta ahora en la prensa.
- ¿Cuáles fueron los motivos por los que no prosperó la asociación de Dalhousie University con el laboratorio chino CanSino? Sabemos que en algún momento de agosto la firma china decidió no enviar la materia prima para la fabricación de vacunas en territorio candiense, pero nunca estuvo del todo claro el por qué. Y también fue público que al menos dos de los investigadores de esa universidad había trabajado para uno de los laboratorios a los que luego Canadá le compró vacunas, pero ¿tuvieron ambos hechos alguna relación?
2) ¿De qué forma se evaluó el volumen de las compras que Canadá efectuó luego del fracaso de aquel primer acuerdo?
En agosto el país comprometió compras con las estadounidenses Novavax y Johnson & Johnson y en septiembre con Pfizer, Moderna, GlaxoSmithKline/Sanofi y AstraZeneca. Y es posible que dado el fracaso del acuerdo con Cansino, la urgencia -e incluso cierto desorden- haya estado justificada.
En realidad, la casi totalidad de los países industrializados comprometió compras de vacunas a varias empresas diferentes por un volumen superior al estrictamente necesario, por varias razones.
a) no estaba claro cuáles de las vacunas que estaban en experimentación finalmente contarían con la aprobación necesaria,
b) no se sabía, cuáles tendrían los mayores grados de eficacia,
c) no se sabía si bastaría una dosis o se necesitarían dos,
d) comprar en exceso aseguraba existencias en caso de brotes posteriores,
e) siempre es posible vender el saldo o incluso donarlo, lo que luego puede significar ventajas de tipo estratégico.
La capacidad de compra y el daño a los demás
A pesar de que todas y cada una de las razones que hemos repasado validan la compra de más dosis de las necesarias, el desfasaje de las compras canadienses con respecto de las realizadas por otros países en situación económica similar y con mayores problemas epidemiológicos no es menor.
Y debería contar, por tanto, con alguna razón adicional, sobre todo cuando consideramos que en un mundo en el que la oferta y la demanda son uno de los elementos esenciales a la hora de definir los precios, cada compra excesiva realizada por un país rico, implica la posibilidad de que la población de los países pobres tenga mayores dificultades para acceder a un bien que, por el momento, es imprescindible globalmente y todavía muy escaso.
En dos notas que publicamos en los meses de septiembre y octubre: Canada’s COVID-19 Vaccine Task Force needs better transparency about potential conflicts of interest y Canada’s ‘me first’ COVID-19 vaccine strategy may come at the cost of global health, ambas preparadas por dos equipos de especialisatas de varias universidades, se anunciaban algunos de los problemas que estamos comenzando a ver ahora.
El apoyo de los países con mayores recursos económicos, como Canadá, al fondo de Naciones Unidas Covax -destinado a posibilitar la entrega de vacunas a los países que tendrán mayores dificultades en adquirirlas- no ha sido el previsto. Y si las ventajas estratégicas derivadas del acaparamiento de vacunas estuvieron en la cabeza de alguien (pensemos que no), se trató de una pésima idea.
Los problemas, hoy
Independientemente del volumen de las compras, sus razones, y los efectos adversos que podrían tener en la salud global, están los posibles problemas derivados del modo en que se realizaron los acuerdos.
Las compras se aseguraban sólo en el caso de que la vacuna en cuestión resultara exitosa, pero ¿se sabe qué pasará en el caso de que varias de ellas lo sean? Afortunadamente hay compras comprometidas con laboratorios que hasta el momento no están entre los que han adelantado resultados favorables, pero aún así las dudas persisten.
El otro problema es el derivado de que, de acuerdo a las últimas noticias que se han conocido, el país se comprometió solamente a comprar vacunas ya terminadas y al parecer no realizó acuerdos de co-producción, por lo cual las entregas se realizarán con algún desfasaje en el tiempo de al menos un mes, lo que en las condiciones en las que nos encotramos, no es una buena noticia.
Surge sin embargo una duda: si Argentina, México, Brasil, India o Sud África cuentan con capacidad como para producir vacunas en asociación con los laboratorios que las han desarrollado ¿cómo Candá no ha podido resolverlo de esa forma?
El ajedrez político
Es previsible que si el retraso en la entrega de vacunas ya anunciado se produce, el Partido Conservador lo utilizará para cuestionar el modo y las razones por las cuales se tomaron esas decisiones… y eso será un elemento adicional para rechazar las previsiones presupuestales que acaba de realizar la Ministra Freeland.
Es previsible también que ante el esfuerzo económico y anímico que el país está haciendo, desde el NDP y el Green Party se cuestionen gastos ya previstos como el de 19 billones de dólares en aviones de combate (tema sobre el que volveremos más adelante). Si bien ese gasto no es inminente, seguramente habrá, llegado el momento, mayores necesidades que cubrir que la compra de 88 aeronaves perfectamente inútiles si se las pretendiera usar para otros fines que no fueran una guerra que, al parecer, no está en los planes de nadie o no debería estarlo.
A lo anterior, que puede ser circunstancial, hay que agregarle que los anuncios de Freeland vuelven a ser hoy tan vagos como fueron los anuncios de Justin Trudeau en septiembre. Y, para peor, parecen imposibles de ser llevados a la práctica si no se adoptan medidas fiscales que graven a las grandes fortunas, algo que el gobierno no está dispuesto a hacer.
¿Serán estos anuncios que no conforman ni a los conservadores ni a la izquierda una forma de forzarlos a quitarle el respaldo al gobierno?
En este sentido, se puede anticipar que si en el último mes se redujo en un punto la brecha que separa en las encuestas al Partido Liberal del Partido Conservador, esa brecha se cerrará un poco más durante diciembre y enero, mientras esperamos las vacunas.
Justin Trudeau todavía mantiene un margen de popularidad más que interesante pero los meses próxímos no serán tan plácidos como fueron los anteriores. Por esa razón, el Partido Liberal podría estar interesado en forzar unas elecciones anticipadas antes de que el panorama se deteriore más de lo que puede resultarle conveniente. Vale entonces que nos preguntemos ¿tendremos elecciones anticipadas una vez que haya llegado la primavera y cuando el proceso de vacunación esté ya encaminado??