Texto que recoge la presentación virtual realizada por las autoras durante la conferencia virtual organizada por Fuerza Latina el 1º de octubre.
Ana T. Pérez-Leroux y Laura Colantoni – Directora y ex-Directora del Dpto. de Español y Portugués de la Universidad de Toronto
Octubre es el mes de la herencia. De herencia (heritage) es lo que en los últimos 20 años se le ha venido llamando al bilingüe que crece con un idioma familiar que es distinto del de la comunidad mayoritaria. Estos bilingües de herencia pueden alcanzar diferentes niveles de dominio del idioma y con frecuencias se expresan con usos diferentes de los del país de origen. .
Antes existían muchos prejuicios contra los bilingües de herencia. Hoy en día los investigadores toman esas variedades, surgidas en contextos de contacto cultural, como algo muy especial, porque saben que de ellas estamos aprendiendo mucho acerca de cómo conviven múltiples idiomas en la mente de los hablantes.
Bilingüismo y cognición. Todavía muchos padres y maestros se preocupan un poco por la situación del niño bilingüe, y tienen ciertos miedos comunes. Que si le puede dificultar la escolaridad en inglés al niño. Que si tal vez sea mejor concentrarse primero en un idioma y después en otro. A estas alturas ya hay mucha investigación, y los datos de las ciencias del lenguaje y de la educación no apoyan la idea de que el bilingüismo sea un vector de retraso. Lo que sí es, es un factor de cambio. Ni el niño bilingüe está retrasado, ni tampoco es idéntico al niño monolingüe en el desarrollo. Los patrones de desarrollo son distintos, eso es todo, y no se puede medir al niño que habla dos lenguas con la misma métrica de los que solo hablan una. También se sabe que hay ciertas pequeñas ventajas cognitivas que vienen con el ser bilingüe. No son tan enormes como para salir corriendo a apuntar la familia entera en clases de lenguas extranjeras, pero si lo suficiente como para valorar lo que ya se tiene en casa.
Algo que podría ayudarnos a entender cómo es eso de ser bilingüe surge al pensar en qué metáfora usar para describir la mente. Compare Ud. la idea de la mente como un recipiente, un envase, con la idea de la mente como un músculo. Si la mente es un recipiente, y lo llenas hasta la mitad con una sustancia, en este caso, un idioma, no te queda tanto espacio para otra sustancia, otro idioma. Mucha gente razona así cuando piensa en los idiomas de un bilingüe. Pero hay otra manera más acertada de pensar, que es imaginarse como si la mente fuera un grupo de músculos. Si los ejercitas con una actividad, y adquieres esa destreza, eso no te quita espacio para la otra actividad o destreza. Por hacer más ballet no dejas de saber cómo nadar. Hay complementariedad, no competencia. No se trata de apretujar, o como dicen en la Republica Dominicana, aparruchar, dos objetos para que quepan en un espacio fijo. Lo que sí es que hay que invertirles tiempo. Si quieres aprender a nadar, tienes que pasar cierto tiempo en la piscina.
El papel que juegan la comunidad y el ambiente familiar en el mantenimiento de lenguas de herencia es muy importante. El niño bilingüe aprende por experiencia, y mientras más temprano, más fácil. Si Ud. toma un niño dominicano, y lo cría en la Guyana Británica, lo normal es que salga hablando inglés de Guyana. Recuerdo que eso le pasó a mi tía, que vivió un año en ese país, por asuntos de trabajo, cuando mi prima era chiquita. La niña tenía menos de dos años, y quería que su mamá la llevara al parque, como hacía siempre la niñera. “Godón, godón”, le pedía repetidamente a su mamá. La mamá le pasaba algodón y le preguntaba “¿Esto es lo que quieres?” Pero no era. Mi prima lo que decía era “go down”, y hasta que llego la nanny, no la entendieron. “Que cosa tremenda”, contaba mi tía, que estuviera hablando inglés la bebé, sin nadie enseñárselo”.
El grado en que la comunidad use, disfrute, y valore su idioma de herencia va a determinar que este se le transmita a la siguiente generación. O no. No hay misterio. Uno que habla más de un idioma escoge cuál habla en el momento dado o por el interlocutor que tenga enfrente, o por que le gusta, o porque se lo encuentra útil y valioso. Hay muchas maneras en que los padres pueden aumentar que tan expuestos vayan a estar los hijos a la lengua de herencia. Los padres y madres pueden regular el uso en la casa, proporcionarles a los niños lectura de cuentos, apoyar el consumo de programación y música en el idioma, y facilitar el contacto con familiares y amigos del país natal. En este mundo globalizado, la herencia lingüística nuestra no nos queda más que a dos clickeos de distancia. Igual, no debemos olvidar la contribución del contexto local: los grupos de juegos, los vecinos, las otras familias que también están criando a sus hijos en el idioma de herencia, y la participación en actividades de la comunidad, como las que se están organizando en Toronto y sus alrededores en este mes de octubre.
En la universidad hemos iniciado un nuevo proyecto sobre el aprendizaje bilingüe. Estamos interesados en estudiar a los niños que están creciendo con el inglés y el español y en ayudar a los padres con materiales que les permitan aumentar el éxito de los niños. ¿Sabían ustedes que las diferencias en las que el inglés pronuncia las vocales finales no acentuadas podría tener un impacto en el aprendizaje del género o del sistema verbal del español? El inglés no distingue las vocales no acentuadas (se pronuncian prácticamente de la misma manera), mientras que en español las pronunciamos igual independientemente del acento. Aun más, si piensan en palabras como maestro o enfermera, la información de que esa palabra es masculina o femenina nos la da la vocal final no acentuada. A un niño bilingüe, el inglés le dice: “las vocales finales no acentuadas son todas iguales”, mientras que el español le dice: “cuidado que las vocales son diferentes”. De cómo resuelva el niño ese conflicto entre la pronunciación de sus dos lenguas va a depender su éxito o su fracaso a la hora de desarrollar su gramática en español. Este nuevo proyecto esta diseñado para ver cómo escuchan, producen y procesan esa información vocálica los niños bilingües. Tenemos planes de organizar en un futuro cercano foros de opinión para escuchar qué necesidades de materiales y actividades para el apoyo de la lengua de herencia existen en nuestra comunidad y qué temas les preocupan a los padres y maestros que están educando a los hijos para que puedan abrirse al mundo del español.
Ana T. Pérez-Leroux y Laura Colantoni – Directora y ex-Directora del Dpto. de Español y Portugués de la Universidad de Toronto