El creador del Universo Mafalda se fue con sus personajes sin contarnos el final

Joaquín Salvador Lavado (Quino), el creador de todo un universo de amigos/as, padres, madres, almaceneros, policías, maestras y directoras de escuela, que giró alrededor de una niña de la década de los 60 en la ciudad de Buenos Aires, falleció el 30 de septiembre a los 88 años.

Quino fue quizás el artista gráfico más destacado de Argentina y América Latina y desarrolló una carrera de décadas por la que fue galardonado con la Orden Oficial de la Legión de Honor de Francia y el Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, pero fue sobre todo alguien que nunca nos fue ajeno. Que se las ingenió para estar con nostros simpre, lo supiéramos o no.

Las tiras en las que esa pléyade de personajes que formaban parte del «Universo Mafalada», nos reflejaron muchas veces sin piedad, y nos enseñaron a vernos a nosotros mismos con bondad e indulgencia, se publicaron entre 1964 y 1973, pero esos y sus otros trabajos han perdurado y siguen vigentes hasta hoy, porque su mensaje trascendió las fronteras políticas, las fronteras culturales y las del lenguaje sin dejar de tener los pies bien plantados en la realidad que vivieron. Al punto de que preguntado cierta vez acerca de cómo imaginaba a Mafalda si hubiera crecido, Quino respondió «quizás habría sido una desaparecida».

En charla que mantuvo al cumplir 80 con el dibujante REP para al diario argentino Página 12 en 2004 (que se recoger aquí) Quino explicó las obsesiones que lo habían llevado a dibujar como lo hizo y entre ellas destacó: «mis dibujos siempre trataron la relación entre los débiles frente a los poderosos».

Para no extender el duelo hemos preferido recordar dos de sus dibujos y algunas de las frases de sus personajes que se han hecho célebres y han sido utilizadas una y otra vez, por varias generaciones, cuando hace falta resumir ideas relacionadas con la libertad, la dignidad, la justicia, la honradez y el sentido de indefensión que en ocasiones sentimos frente a lo que sucede a nuestro alrededor.

¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno.

Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre.

¿Pensaron alguna vez que si no fuera por todos nadie sería nada?

No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta.

El problema de las mentes cerradas es que siempre tienen la boca abierta.

¿Cómo será el año que viene? Valiente, porque… ¡animarse a venir!.

El problema es que hay más gente interesada que gente interesante.

¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?

Los diarios inventan la mitad de lo que dicen. Y si a eso le sumamos que no dicen la mitad de lo que pasa resulta que los diarios no existen.

Lo malo de los medios masivos de comunicación es que no nos dejan tiempo para comunicarnos con nosotros.

Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante.

¿No sería mas progresista preguntar dónde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar?

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