Comencemos con alguien de quien seguramente no hemos oido hablar jamás. Sabemos solamente que nació en algún lugar de lo que hoy llamamos Senegal o Gambia alrededor de 1767 y que fue secuestrado en su adolescencia. Fue transportado a Jamaica, en donde debió haber tenido algún tipo de contacto con los rebeldes “maroons”, que vivían en aldeas de montaña habitadas por sobrevivientes de las poblaciones indígenas y por esclavos fugados. .
“Derribemos la imagen del dios de los blancos,
que tiene sed de nuestras lágrimas,
y escuchemos la voz de la libertad,
que habla en el corazón de todos nosotros.” .
Dutty Boukman, en la noche del 14 de agosto de 1791, horas antes de que
comenzaran los levantamientos que dieron comienzo la Revolución Haitiana.
En lagún momento fue vendido a Lenormal de Mézy, el propietario de una plantación de caña en Bois Caïman, en los territorios de La Española dominados por Francia. Hay quienes piensan que su apellido es una deformación de “hombre del libro” y que quizás poseía un ejemplar del Corán o tuviera algún conocimiento de las religiones Abrahamánicas que se practicaban en su tierra natal.
Lo que sí parece estar comprobado es que intentaba enseñarle a leer a otros esclavos, que ejercía algún tipo de liderazgo espiritual entre ellos y que por esa razón había sido castigado de varias formas, muchas veces. Estaba considerado como peligroso y eso solía abreviar la vida de los esclavos en varios años, por lo que, cuando la noche de agosto de 1791, una noche oscura, sin luna ni velas, le habló a sus compañeros animándolos a no soportar más aquello, no estaba arriesgando su vida sino apenas el poco tiempo que le quedaba. Aquellos hombres y aquellas mujeres sabían que después de los 35 años, todo era una nota al pie porque muy pocos pasaban esa edad.
Luego del levantamiento del 14 de agosto de 1791, participó de aquellos meses intensos, de fuego y venganza y rabia hasta que las tropas coloniales francesas lo mataron el 7 de noviembre, lo decapitaron y pasearon su cabeza en una pica, algo que no debe sorprendernos porque se trataba de una usanza común y lo siguió siendo durante mucho tiempo.
De aquel período que comenzó aquella noche y finalizó 13 años después, en 1804, con la independencia de Haití, conocemos los nombres de los principales líderes, las fechas de los principales hechos, pero como suele suceder, se nos escapan las biografías de quienes hicieron que la primera república latinoamericana fuera posible. Mas de 200.000 mujeres y hombres de todas las edades que